La semana pasada se aprobó la Ley de Movilidad Sostenible, uno de los movimientos legislativos más relevantes en los últimos años para el transporte de mercancías por carretera en nuestro país. Esta norma, más allá de los titulares, introduce una medida que transformará cómo este sector se relaciona con la información: en diez meses desde su publicación oficial, los documentos de control administrativos se gestionarán íntegramente en formato digital.
Esta disposición no se limita solo a modernizar un procedimiento, sino que tiene implicaciones como la redefinición de dinámicas, la aceleración de procesos y la obligación a empresas, administraciones y operadores a sincronizarse en un entorno que requiere interoperabilidad real; poniendo la digitalización como única vía para un ecosistema logístico competitivo y sostenible.
Modernizando el transporte
La digitalización obligatoria del documento de control responde a la necesidad de dar coherencia al sistema logístico español en un contexto donde la demanda de trazabilidad, rapidez y seguridad crece de forma exponencial.
Este cambio legislativo permitirá avanzar en la modernización operativa, eliminando gestiones como los traslados físicos de documentación, errores manuales, duplicidades, controles que dependían exclusivamente del papel y procesos difícilmente auditables. Esto permitirá una reducción significativa del coste operativo y administrativo, gracias a la capacidad de consolidar datos, automatizar flujos y conectar a transportistas, plataformas logísticas, cargadores y autoridades.
También impulsará la competitividad y sostenibilidad, adaptándonos a un mercado cada vez más globalizado y tecnificado, además de reducir desplazamientos innecesarios, minimizar el uso del papel y favorecer una gestión inteligente de la información.
e-CMR: la evolución natural del proceso
Aunque la Ley no establece la obligatoriedad del e-CMR, el contexto regulatorio apunta hacia su adopción progresiva. Si el documento de control administrativo pasa a ser plenamente digital, carece de sentido que otros documentos esenciales sigan dependiendo del papel.
El e-CMR —ya implantado en numerosos países y respaldado por convenios internacionales— permite no solo digitalizar, sino también enriquecer la información asociada al transporte: estados, incidencias, tiempos, pruebas de entrega, geolocalización y otros datos clave para la eficiencia operativa.
La nueva ley inicia una convergencia documental que marca el paso hacia un modelo donde la documentación digital sea el estándar y no una excepción.
Un reto de cohesión sectorial
Uno de los elementos críticos de esta transición será la capacidad del sector para avanzar de manera coordinada. El transporte español está compuesto mayoritariamente por autónomos y pequeñas empresas, junto con un número reducido de operadores medianos y grandes; y cada uno de estos grupos afrontarán el cambio desde realidades muy distintas.
Mientras que los grandes operadores ya están acostumbrados a sistemas digitales y tienen gran capacidad para absorber los cambios regulatorios, los autónomos y microempresas carecen de herramientas tecnológicas y perciben la digitalización como una carga adicional. En el medio, las empresas medianas, que están en proceso de modernización pero con limitaciones en integración y recursos.
Un reto estructural en el que debemos garantizar que todos los actores puedan cumplir la norma sin generar brechas internas, convirtiendo este ejercicio en colectivo: sumando a administraciones, asociaciones, clústeres y plataformas para colaborar en una transición homogénea.
Más allá de la tecnología: un cambio cultural
El sector cuenta con tecnología suficiente para afrontar la digitalización documental. Las soluciones existen, son accesibles y han demostrado madurez en numerosos mercados.
El desafío real se concentra en dos ámbitos: la mentalidad organizativa, asumiendo que la digitalización no es una imposición temporal, sino una nueva infraestructura del transporte y requiere revisar hábitos, procesos y roles dentro de las empresas; y la cultura sectorial, donde el papel está muy arraigado como soporte de respaldo, verificación o defensa ante incidencias. Aquí el reto es generar confianza en los sistemas digitales, no solo por obligación normativa sino por convicción.
La digitalización documental no debe ser el fin, sino un catalizador para profesionalizar aún más la actividad, mejorar la calidad del servicio y asegurar la competitividad del transporte durante la próxima década.
Una oportunidad que abordamos juntos
Tenemos que ver la Ley de Movilidad Sostenible como una invitación a revisar la arquitectura del transporte de mercancías y orientarlo hacia la eficiencia, la sostenibilidad y la interoperabilidad.
Estamos ante un momento decisivo. No se trata solo de digitalizar documentos a nivel nacional, sino de alinear al sector con normativas europeas clave como el eFTI para asegurar la interoperabilidad y la competitividad internacional. Esta modernización de la logística es una tarea que exige colaboración, visión y responsabilidad colectiva.
Ricardo Prieto
Gerente de Cuentas de ALTIA Control Tower